La motivacón en sí mismo
Durante mucho tiempo, el ser humano se esfuerza en conseguir algo útil o necesario para sí mismo. Además, da mucho empeño en lograr ser un profesional de acuerdo a su carrera de estudio o si llega a ser un deportista elite, entre otros. Es por eso que para lograr nuestras metas u objetivos, debemos estar motivados dentro de cada uno de nosotros. De ese modo, alcanzaremos nuestras mentas con actitud, entusiasmo, positivismo, y sobre todo, motivación personal.
Motivarnos a nosotros mismos va prácticamente en contra de nuestra naturaleza, porque nuestro cuerpo está diseñado para evitar el dolor y acercarse al placer, apelando por la compensación inmediata. Por consiguiente, implica conocer nuestra naturaleza humana y aún así superar las dificultades que supone tener una gran fuerza de voluntad para hacer lo que debemos hacer.
En este nuevo artículo, voy a darles algunos consejos sobre cómo llevar a cabo la motivación personal en cada uno de ustedes.
Primero, hay que tener uno o más motivos fuertes y firmes. La motivación viene de motivos. Algunas personas quieren motivarse sin tener motivos. Por ejemplo, ellos quieren motivarse para ir a trabajar en algo que odian. Cualquier motivo debe ser realmente fuerte y significativo. Anthony Robbins (1986, pp. 35-70), dice que “Nuestro más profundo temor no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.” En otras palabras, Robbins nos motiva a usar discursos que él crea para nuestra propia automotivación, lo que programa y habitúa nuestra mente para que, siempre que lo escuchemos, se despierte el bichito de la motivación en nosotros mismos.
Segundo, debemos pensar en tener una meta grandiosa que nos aliente en dar lo mejor de nosotros. Al igual que un buen motivo para actuar ahora, es importante tener una meta grande, algo que verdaderamente te inspire, que justamente te motive a actuar. Sin esto, es muy difícil y lo mejor sería crear un hábito repetitivo o simplemente contratar a alguien más. Robbins (1986, pp.100-120), dice que "para que nosotros logremos la tan ansiada automotivación, es necesario que nos demos cuenta de que somos seres sumamente importantes". Por lo tanto, es injusto para ti mismo que escondas tus talentos y tus virtudes para que los demás se sientan inseguros.
Tercero, no debemos compararnos con otros. Te puede llevar a la frustración personal, porque en cada momento en el que encuentres que tú superas, estarán las que te superan a ti en ciertas habilidades o logros conseguidos. Esto tiene que ver con la mentalidad que empleas habitualmente. La cuestión es qué tanto puedes mejorar a partir de ahora. Tómalo como si acabaras de despertar de un sueño. Un sueño que te había mantenido cegado ante la realidad y te había hecho creer que quejarse, y lamentarse de tu situación iba a conseguir algo.
Finalmente, como seres humanos, debemos aprender de nuestros errores porque de ellos, aprendemos a valorar nuestra vida efectivamente. Ninguna persona en el mundo es perfecta. Sólo Dios es perfecto. La experiencia del fracaso nos hace más sabios, no unos incapaces. La capacidad no es directamente proporcional a la perfección. Sólo se alcanza algún grado de ella a través del aprendizaje, de los errores se aprende más que de los aciertos, estos nunca se olvidan, por ello es importante ser conscientes de ellos. Apreciar la humildad, reconocer las equivocaciones, premiar el fracaso de los valientes que se atrevieron a entrar donde nadie lo hizo antes, es una tarea importante que debemos aprender.
En conclusión, la motivación personal nos ayuda a tener bien claro lo que queremos conseguir en la vida. Además, nos enseña que en cualquier momento debemos tener confianza en nosotros mismos, ya que podemos fortalecer nuestras debilidades. La motivación facilita la evolución de un sistema de valores y conocimientos personales, el cual es importante como mediación entre estímulo y respuesta.
Bibliografía
Robbins, A. (1986). Poder sin límites. (1a ed., pp. 200-250). Nueva York: Simon and Schuster.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. (1a ed.). Nueva York: Bantam Books.
Dyer, W. (1976). Tus zonas erróneas. (1a ed.). Nueva York: Ballantine Books.
Kiyosaki, R. (2000). Padre rico, padre pobre. (1a ed.). Nueva York: Warner Books Ed.
Robbins, A. (1992). Despertando al gigante interior. (1a ed., pp. 250-320). Nueva York: Simon and Schuster.
Motivarnos a nosotros mismos va prácticamente en contra de nuestra naturaleza, porque nuestro cuerpo está diseñado para evitar el dolor y acercarse al placer, apelando por la compensación inmediata. Por consiguiente, implica conocer nuestra naturaleza humana y aún así superar las dificultades que supone tener una gran fuerza de voluntad para hacer lo que debemos hacer.
En este nuevo artículo, voy a darles algunos consejos sobre cómo llevar a cabo la motivación personal en cada uno de ustedes.
Primero, hay que tener uno o más motivos fuertes y firmes. La motivación viene de motivos. Algunas personas quieren motivarse sin tener motivos. Por ejemplo, ellos quieren motivarse para ir a trabajar en algo que odian. Cualquier motivo debe ser realmente fuerte y significativo. Anthony Robbins (1986, pp. 35-70), dice que “Nuestro más profundo temor no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.” En otras palabras, Robbins nos motiva a usar discursos que él crea para nuestra propia automotivación, lo que programa y habitúa nuestra mente para que, siempre que lo escuchemos, se despierte el bichito de la motivación en nosotros mismos.
Segundo, debemos pensar en tener una meta grandiosa que nos aliente en dar lo mejor de nosotros. Al igual que un buen motivo para actuar ahora, es importante tener una meta grande, algo que verdaderamente te inspire, que justamente te motive a actuar. Sin esto, es muy difícil y lo mejor sería crear un hábito repetitivo o simplemente contratar a alguien más. Robbins (1986, pp.100-120), dice que "para que nosotros logremos la tan ansiada automotivación, es necesario que nos demos cuenta de que somos seres sumamente importantes". Por lo tanto, es injusto para ti mismo que escondas tus talentos y tus virtudes para que los demás se sientan inseguros.
Tercero, no debemos compararnos con otros. Te puede llevar a la frustración personal, porque en cada momento en el que encuentres que tú superas, estarán las que te superan a ti en ciertas habilidades o logros conseguidos. Esto tiene que ver con la mentalidad que empleas habitualmente. La cuestión es qué tanto puedes mejorar a partir de ahora. Tómalo como si acabaras de despertar de un sueño. Un sueño que te había mantenido cegado ante la realidad y te había hecho creer que quejarse, y lamentarse de tu situación iba a conseguir algo.
Finalmente, como seres humanos, debemos aprender de nuestros errores porque de ellos, aprendemos a valorar nuestra vida efectivamente. Ninguna persona en el mundo es perfecta. Sólo Dios es perfecto. La experiencia del fracaso nos hace más sabios, no unos incapaces. La capacidad no es directamente proporcional a la perfección. Sólo se alcanza algún grado de ella a través del aprendizaje, de los errores se aprende más que de los aciertos, estos nunca se olvidan, por ello es importante ser conscientes de ellos. Apreciar la humildad, reconocer las equivocaciones, premiar el fracaso de los valientes que se atrevieron a entrar donde nadie lo hizo antes, es una tarea importante que debemos aprender.
En conclusión, la motivación personal nos ayuda a tener bien claro lo que queremos conseguir en la vida. Además, nos enseña que en cualquier momento debemos tener confianza en nosotros mismos, ya que podemos fortalecer nuestras debilidades. La motivación facilita la evolución de un sistema de valores y conocimientos personales, el cual es importante como mediación entre estímulo y respuesta.
Bibliografía
Robbins, A. (1986). Poder sin límites. (1a ed., pp. 200-250). Nueva York: Simon and Schuster.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. (1a ed.). Nueva York: Bantam Books.
Dyer, W. (1976). Tus zonas erróneas. (1a ed.). Nueva York: Ballantine Books.
Kiyosaki, R. (2000). Padre rico, padre pobre. (1a ed.). Nueva York: Warner Books Ed.
Robbins, A. (1992). Despertando al gigante interior. (1a ed., pp. 250-320). Nueva York: Simon and Schuster.
Este articulo se inspira en el capítulo 9 de DuBrin sobre la forma de motivar a los demás y de motivarse a sí mismo
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